miércoles, 6 de mayo de 2015

Malgasto

Malgastamos la noche con todas sus ebrias palabras
los enormes paisajes de luces y mensajes
con mujeres gigantescas anunciando sus propias
versiones de la vida.

Malgastamos nuestra vida en los corredores de los hospitales
nos arrastramos como zombies para llegar tarde
a trabajar y perder una y otra vez
las oportunidades que nos dejaron en los bolsillos.

Malgastamos nuestros cuerpos hinchados de vino
y fuego al estar arrodillado frente a nuestros
antiguos deseos, el amor fue malgastado
cuando nos vio sensibles y patéticos
borrados en la escalera que lleva a ningún lugar.

Malgastamos tantas veces la felicidad que
olvidamos a última hora de qué se trataba
todo esto: la amistad sin intención de nada
el corazón con escarcha y cicatrices en los ojos.

Malgastamos, claramente, todas las monedas
que nos fueron otorgadas bajo el mandamiento
y el sacrificio de los consejos de la electricidad
y en sus espinas también quisimos
enterrar nuestros oscuros pechos llenos
de irreproducibles dibujos.

Malgastamos el mañana en mañanas
insensatas en las cuales la cabeza
parecía estar a punto de explotar y el estómago
como si quisiera escaparse por alguna parte
y nosotros mirando el horizonte por la ventana
como si por un momento se nos hubiese
perdido la pantalla del televisor.

Malgastamos la vida aunque
también es verdad que cada vez
que intentamos aprovecharnos de ella
nos daba de arañazos en la cara y comenzaba
a gritar con una rabia que no volví a ver
en persona alguna.

Ahora, si tú me dices
que tenemos una nueva oportunidad
que podemos volver a casa y pedir disculpas por lo hecho
te diré que ya es muy tarde, han malgastado
toda esperanza nuestra.

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